El Dolor
El Dolor es algo que no todos nosotros podemos
asimilar, muchos no lo han desarrollado o entendido en su totalidad y quiero
hablar de él. Cada persona lo asimila de
forma diferente: para algunos, este puede traerles coraje o confusión. Para
otros puede traerles alegría, gozo, todo dependiendo del estado que se
encuentre esta persona, pero algo sí es seguro, el dolor es inevitable, nadie
lo puede evitar, sea físico o espiritual. El físico aun los científicos quieren
comprenderlo y apenas están comenzando a tratar de entender el punto de él de
cómo es que el ser humano en su capacidad puede en los nervios tener ciertos receptores
que reciben la señal, y estos se la mandan al cerebro, y el cerebro en su capacidad
manda esta señal al lugar donde está aquel dolor. Y el dolor es bueno, no es malo, nos advierte de
ciertas enfermedades o algo que puede estar mal en nosotros, es como una alerta
roja que pone sobre aviso a los doctores para detectar la parte afectada de
nuestro cuerpo.
El dolor es dado por Ds, va de acuerdo a la
palabra de Él, se introduce por el pecado, y por primer vez podemos ver la
palabra en Gen. 3 donde él le dice a la mujer “Con dolor parirás los hijos.”
El dolor viene siendo parte del ser humano, es inevitable. Nosotros como
padres a veces queremos sobreproteger a nuestros hijos cuando están pasando por
ciertas cosas en la vida, y entre más tratemos de evitar el sufrimiento para
ellos, creo que más daño les podemos hacer porque este es inevitable, es parte
de la vida, y lo más rápido que lleguemos a aceptar este hecho, tanto más
rápido y fácil lograremos enfrentarlo. A
ellos hay que enseñarles que hay ciertos dolores que papá y mamá no les van a
poder salvar. A lo mejor les podemos guiar, pero ellos tienen que experimentar
esos dolores, tú tienes que enfrentarte a ellos, tú tienes que caminar con
ellos, sea lo que sea. Sea por el camino que quieras tomar, estos son
inevitables.
El ser humano no es un palo o una piedra, él no
es indiferente al dolor; no todo cristiano canta al dolor o al sufrimiento-
pero si somos discípulos de aquel que en lugar del gozo que se le proponía
soportó la cruz (Heb.12:21) Como cristianos debemos de aprender a aceptar todo
sufrimiento a través de Fe. ¿Qué podemos
decir de los gritos del sufrimiento, lutos, derrotas y calamidades de la vida y
de los achaques de este cuerpo? Para el cristiano hacen que se eleven las
oraciones, en nuestra alma se podría oír como un inmenso concierto de gritos en
ella que se encuentra con la lamentación. Allí, en ese dolor, alza tu voz, alza
tu oración a Ds. El alma responde a la sensibilidad que siente, pero es el
juicio pronunciado sobre el dolor, sobre el sufrimiento, es un mal que no debiera ser- “pero con el dolor parirás tus hijos” por la desobediencia, así nos
damos cuenta que
es dado a todo ser humano. El hombre nacido de la mujer tiene una vida
corta y harto de sinsabores, Job.14:1.
Pero a pesar de todo, el cristiano aprende y se sostiene por esa gracia,
así lo entendió Pablo, por el gozo, por la oración en J-to, por esta promesa
por la cual se le alaba y se le pide, Job.5:8-8:5; Sal.107:19 “Mas clamaron a Jah en su angustia, y fueron
salvados de sus aflicciones.”
Profetas, apóstoles, discípulos y cristianos,
en algún momento todos pasaron o pasarán por dolores y aflicción. Esto no quiere decir que seremos deshechos
por aquel dolor o sufrimiento, pero sí que somos sostenidos por su gracia, por
la fe. Entrando progresivamente en ese
lugar en el altar del sacrificio y venidos al santuario de Ds, descubrimos el
valor purificador del sufrimiento como el del fuego que separa el metal de sus
escorias. No podemos negar su valor
educativo, el de una corrección paterna.
Los dolores y sufrimientos para el cristiano
son designios divinos. No olvides los
sufrimientos de Job. José lo reconocía
delante de sus hermanos el sufrimiento, incluido por la fe en el designio de Ds
viene a ser una prueba de alto valor que Ds reserva a los servidores de él. Son
lecciones para enseñarnos lo que vale Ds y lo que se puede sufrir por él.
Hay dolores muy fuertes físicos al igual que
espirituales, pero creo que el espiritual es el que más dura para sanarse. El
dolor físico, ya sea si es un tobillo o rodilla, puede durar 3 meses. Si es una pequeña cortada, esta se sana en 3
semanas; pero el dolor espiritual es un dolor muy profundo que puede traspasar
el alma, como el caso de María en Lucas
2:34 “Y los bendijo Simeón, y dijo a su
madre María: He aquí, éste es puesto para caída y para levantamiento de muchos
en Israel; y para señal a la que será contradicho; 35- Y una espada traspasará
tu alma de ti misma, para que sean manifestados los pensamientos de muchos
corazones.” Pero aquí a María una
espada le iba a atravesar el corazón. Desde que ella pare a JES, desde ese
momento pónganse a pensar el dolor, la angustia, la aflicción desde muy pequeño
aun cuando C-to le hablaba a sus padres como les hablaba, “¿quién es mi padre,
quien es mi madre?” Las veces cuando se separaba de ellos, desde el nacimiento
que ella lo parió con dolor, y el sufrimiento junto a la cruz revive ese mismo
dolor a lo mejor más profundo cuando lo ve en la cruz de aquel dolor físico
profetizado pasa a ese dolor espiritual del alma. ¿Quiénes de nosotros somos
exentos a estos dolores? Ninguno. C-to era una señal, era el blanco de todos, “Este es un comilón, es un pecador amigo de
pecadores, un blasfemo,” este es el
dolor espiritual, es un dolor profundo cuando nos rechazan, cuando nos
maltratan, cuando nos señalan, nos abusan; son heridas que marcan a las
personas.
Pero también hay marcas que nos buscamos por
nuestra propia cuenta, hay caminos que tomamos nosotros que somos culpables de
esos dolores espirituales, tanto como los físicos. Los golpes que nos dimos en las calles por
traviesos, otros por meternos en cuestiones que no nos pertenecen, pero de
todas estas cosas, yo les puedo asegurar a ustedes, tanto dolores físicos como
espirituales, nos hacen un bien. Si cada uno de ustedes pueden mirar hacia
atrás a todos los errores cometidos que causaron dolor, yo tengo la certeza que
les sirve a ustedes también como una advertencia, como una señal, como un faro que
nos avisa, “ya caminaste por ahí, acuérdate de aquel dolor que sufriste, el golpe que
recibiste.” Yo puedo ser un testigo, y cada uno de ustedes, de que los golpes
que hemos recibido en la vida nos han ayudado a caminar más cautelosamente.
El mundo no está exento de esos dolores, por
eso C-to nos dijo: “En el mundo tendréis
aflicción.” Pero con C-to hay una paz, hay un consuelo, y aun a ese
consuelo se dirigió Pablo cuando le pidió al Sr “Quítame este aguijón” pero C-to le dijo, “No” “te hace falta pasar
por ese dolorcito". C-to no se lo
quitó a Pablo, y nosotros como padres hemos de dejar a nuestros hijos. Podemos darles un consejo pero son importantes
esos dolores, y al final reciben siempre el consuelo de Ds., 2 Cor.1:3,4
“Bendito sea el Ds y Padre del Sr J-to, el Padre de misericordias, y el Ds de
toda consolación, 4- El cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para
que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquiera angustia,
con la consolación con que nosotros somos consolados de Ds.” 4:17,18 “Porque lo que al presente es momentáneo y
leve de nuestra tribulación, nos obra un sobremanera alto y eterno peso de
gloria; 18- No mirando nosotros a las
cosas que se ven, sino a las que no se ven: porque las cosas que se ven son
temporales, mas las que no se ven son eternas.” y aun Romanos 8:18 nos habla de que son
momentáneos, pasaran, “Porque tengo por cierto que lo que en este tiempo se
padece, no es de comparar con la gloria venidera que en nosotros ha de ser
manifestada.” Si una espada está
atravesando tu alma, va a pasar, porque Apocalipsis dice que Ds enjugará toda
lágrima. Así que tengas la edad que tengas, seas quien seas, si estás pasando
por un dolor, mi recomendación es la oración.
Algunas veces los dolores vienen sin ninguna
provocación, como el caso de Job, algo inexplicable. ¡Qué dolor físico y espiritual! Qué ejemplo
más profundo y ¿nosotros queremos huir de esas cosas? Algunos quieren apartarse de la fe por un
dolor físico y aun por un dolor espiritual en vez de acudir a la oración. No hay otro remedio más sano que la oración
en medio del dolor, sea por el dolor físico o espiritual y por aquellos golpes
espirituales que has recibido o vas a recibir.
Pero en todo eso tú vas a mirar para atrás y te vas a dar cuenta que a
lo mejor hay cosas que tú podrías hacer un poco distintas pero al final van a
tener el mismo resultado, porque es el camino trazado. Ds es el que gobierna todas las cosas, así
que no te queda otro remedio que decirle al dolor físico y al dolor espiritual,
“Bienvenido, eres mi compañero.”
C-to le dijo a Pablo, “Bástate mi gracia” y Pablo dice que ese dolor, que esa tribulación
que tu pasas es importante, es necesaria para que tú la puedas transmitir a tu
compañero, al discípulo, a tu hermano, a tu hermana. ¿Qué experiencias de dolor
vas a transmitir si tú huyes de ese dolor? ¿Cómo los vas a ayudar? Pablo dice en
Corintios que tú tienes que pasar por eso porque esa experiencia te va a servir
para ayudarles a ellos. Así que dejemos
de cobijarnos de una manera psicológica dañina y aceptemos que el dolor es
parte nuestra, es parte de la humanidad.
No podemos olvidar el dolor, aquel sufrimiento que aquella espina le
causaba a Pablo, y que a pesar de la insistencia con que se lo pidió al Sr, no
le quitó la espina, sino que le dijo, “Con mi gracia te basta, pues mi poder se
muestra perfecto en la debilidad.”
Debemos mirar estas palabras como una lección del Sr, provechosa, no
solo para el propio Pablo, sino también para cada uno de nosotros, ya que, es
un gran consuelo saber que la gracia poderosa del Sr puede contrarrestar todas
nuestras debilidades físicas, así como dolores y sufrimientos. Pablo ha aprendido muy bien la lección que no
va a olvidar. 2 Cor. 12:10 “Así pues,
El dolor aquí en la iglesia se pasa con C-to,
sea física o espiritual. El dolor en el mundo se pasa sin esperanza, y yo quiero
estar bajo la esperanza de que Ds me va a ayudar. Así que no te cierres las puertas, no te
separes de la iglesia, no te separes de la hermandad de tu compañero amigo, no
te excluyas escondiéndote en un cuartito, ¡No!
Tú no eres víctima, mira bien y ponte a orar y verás que Ds te va a levantar,
pero tienes que pasar por ese dolor. Ds
le dijo al profeta Isaías que C-to iba a ser “el varón de dolores, experimentado en quebranto y muchos iban a
esconder de él su rostro.” No lo querían ni mirar, y a lo mejor, muchos no
te van a querer mirar, como le decían a Job sus amigos “Confiesa, algo tu hiciste.” El que está padeciendo un dolor no es
porque haya cometido un pecado, es parte ya de esta vida, fue engendrado en el
ADN de este cuerpo “Con dolor parirás a
tus hijos” es parte de esto, entonces ¿qué haces cabizbajo escondiéndote de
aquellos que te pueden ayudar y cobijándote en los amigos falsos o en una
botella o a otras cosas que no te benefician?
La oración, la oración es tu fortaleza, bien decía Job “Ahora mis ojos te ven…” había pasado por un proceso, y yo tengo la
seguridad que por ese proceso que hemos de caminar, si lo caminamos en fe y
bajo la oración, las cosas seguras de la palabra de Ds se cumplirán: “Bástate
mi gracia… No todo permanece… Mis ojos te verán… Tú limpiaras mis lágrimas, así
que el dolor es parte de nosotros, y aquí se pasa con esperanza, en oración, con
C-to, porque C-to es la medicina para quitar tu dolor.
Ds les bendiga.
Apóstol
Caesar Rivera
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