domingo, 19 de marzo de 2017

El Dolor

El Dolor

El Dolor es algo que no todos nosotros podemos asimilar, muchos no lo han desarrollado o entendido en su totalidad y quiero hablar de él.  Cada persona lo asimila de forma diferente: para algunos, este puede traerles coraje o confusión. Para otros puede traerles alegría, gozo, todo dependiendo del estado que se encuentre esta persona, pero algo sí es seguro, el dolor es inevitable, nadie lo puede evitar, sea físico o espiritual. El físico aun los científicos quieren comprenderlo y apenas están comenzando a tratar de entender el punto de él de cómo es que el ser humano en su capacidad puede en los nervios tener ciertos receptores que reciben la señal, y estos se la mandan al cerebro, y el cerebro en su capacidad manda esta señal al lugar donde está aquel dolor.  Y el dolor es bueno, no es malo, nos advierte de ciertas enfermedades o algo que puede estar mal en nosotros, es como una alerta roja que pone sobre aviso a los doctores para detectar la parte afectada de nuestro cuerpo.


El dolor es dado por Ds, va de acuerdo a la palabra de Él, se introduce por el pecado, y por primer vez podemos ver la palabra en Gen. 3 donde él le dice a la mujer “Con dolor parirás los hijos.”  El dolor viene siendo parte del ser humano, es inevitable. Nosotros como padres a veces queremos sobreproteger a nuestros hijos cuando están pasando por ciertas cosas en la vida, y entre más tratemos de evitar el sufrimiento para ellos, creo que más daño les podemos hacer porque este es inevitable, es parte de la vida, y lo más rápido que lleguemos a aceptar este hecho, tanto más rápido y fácil lograremos enfrentarlo.  A ellos hay que enseñarles que hay ciertos dolores que papá y mamá no les van a poder salvar. A lo mejor les podemos guiar, pero ellos tienen que experimentar esos dolores, tú tienes que enfrentarte a ellos, tú tienes que caminar con ellos, sea lo que sea. Sea por el camino que quieras tomar, estos son inevitables.

El ser humano no es un palo o una piedra, él no es indiferente al dolor; no todo cristiano canta al dolor o al sufrimiento- pero si somos discípulos de aquel que en lugar del gozo que se le proponía soportó la cruz (Heb.12:21) Como cristianos debemos de aprender a aceptar todo sufrimiento a través de Fe.  ¿Qué podemos decir de los gritos del sufrimiento, lutos, derrotas y calamidades de la vida y de los achaques de este cuerpo? Para el cristiano hacen que se eleven las oraciones, en nuestra alma se podría oír como un inmenso concierto de gritos en ella que se encuentra con la lamentación. Allí, en ese dolor, alza tu voz, alza tu oración a Ds. El alma responde a la sensibilidad que siente, pero es el juicio pronunciado sobre el dolor, sobre el sufrimiento, es un mal que no debiera ser- “pero con el dolor parirás tus hijos” por la desobediencia, así nos damos cuenta que
es dado a todo ser humano.  El hombre nacido de la mujer tiene una vida corta y harto de sinsabores, Job.14:1.  Pero a pesar de todo, el cristiano aprende y se sostiene por esa gracia, así lo entendió Pablo, por el gozo, por la oración en J-to, por esta promesa por la cual se le alaba y se le pide, Job.5:8-8:5; Sal.107:19 “Mas clamaron a Jah en su angustia, y fueron salvados de sus aflicciones.”

Profetas, apóstoles, discípulos y cristianos, en algún momento todos pasaron o pasarán por dolores y aflicción.  Esto no quiere decir que seremos deshechos por aquel dolor o sufrimiento, pero sí que somos sostenidos por su gracia, por la fe.  Entrando progresivamente en ese lugar en el altar del sacrificio y venidos al santuario de Ds, descubrimos el valor purificador del sufrimiento como el del fuego que separa el metal de sus escorias.  No podemos negar su valor educativo, el de una corrección paterna. 

Los dolores y sufrimientos para el cristiano son designios divinos.  No olvides los sufrimientos de Job.  José lo reconocía delante de sus hermanos el sufrimiento, incluido por la fe en el designio de Ds viene a ser una prueba de alto valor que Ds reserva a los servidores de él. Son lecciones para enseñarnos lo que vale Ds y lo que se puede sufrir por él.

Hay dolores muy fuertes físicos al igual que espirituales, pero creo que el espiritual es el que más dura para sanarse. El dolor físico, ya sea si es un tobillo o rodilla, puede durar 3 meses.  Si es una pequeña cortada, esta se sana en 3 semanas; pero el dolor espiritual es un dolor muy profundo que puede traspasar el alma, como el caso de  María en Lucas 2:34 “Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste es puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel; y para señal a la que será contradicho; 35- Y una espada traspasará tu alma de ti misma, para que sean manifestados los pensamientos de muchos corazones.”  Pero aquí a María una espada le iba a atravesar el corazón. Desde que ella pare a JES, desde ese momento pónganse a pensar el dolor, la angustia, la aflicción desde muy pequeño aun cuando C-to le hablaba a sus padres como les hablaba, “¿quién es mi padre, quien es mi madre?” Las veces cuando se separaba de ellos, desde el nacimiento que ella lo parió con dolor, y el sufrimiento junto a la cruz revive ese mismo dolor a lo mejor más profundo cuando lo ve en la cruz de aquel dolor físico profetizado pasa a ese dolor espiritual del alma. ¿Quiénes de nosotros somos exentos a estos dolores? Ninguno. C-to era una señal, era el blanco de todos, “Este es un comilón, es un pecador amigo de pecadores, un blasfemo,”  este es el dolor espiritual, es un dolor profundo cuando nos rechazan, cuando nos maltratan, cuando nos señalan, nos abusan; son heridas que marcan a las personas.

Pero también hay marcas que nos buscamos por nuestra propia cuenta, hay caminos que tomamos nosotros que somos culpables de esos dolores espirituales, tanto como los físicos.  Los golpes que nos dimos en las calles por traviesos, otros por meternos en cuestiones que no nos pertenecen, pero de todas estas cosas, yo les puedo asegurar a ustedes, tanto dolores físicos como espirituales, nos hacen un bien. Si cada uno de ustedes pueden mirar hacia atrás a todos los errores cometidos que causaron dolor, yo tengo la certeza que les sirve a ustedes también como una advertencia, como una señal, como un faro que nos avisa, “ya caminaste por ahí, acuérdate de aquel dolor que sufriste, el golpe que recibiste.” Yo puedo ser un testigo, y cada uno de ustedes, de que los golpes que hemos recibido en la vida nos han ayudado a caminar más cautelosamente.

El mundo no está exento de esos dolores, por eso C-to nos dijo: “En el mundo tendréis aflicción.” Pero con C-to hay una paz, hay un consuelo, y aun a ese consuelo se dirigió Pablo cuando le pidió al Sr “Quítame este aguijón” pero C-to le dijo, “No” “te hace falta pasar por ese dolorcito".  C-to no se lo quitó a Pablo, y nosotros como padres hemos de dejar a nuestros hijos.  Podemos darles un consejo pero son importantes esos dolores, y al final reciben siempre el consuelo de Ds., 2 Cor.1:3,4 “Bendito sea el Ds y Padre del Sr J-to, el Padre de misericordias, y el Ds de toda consolación, 4- El cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquiera angustia, con la consolación con que nosotros somos consolados de Ds.” 4:17,18 “Porque lo que al presente es momentáneo y leve de nuestra tribulación, nos obra un sobremanera alto y eterno peso de gloria; 18- No mirando nosotros a las cosas que se ven, sino a las que no se ven: porque las cosas que se ven son temporales, mas las que no se ven son eternas.”  y aun Romanos 8:18 nos habla de que son momentáneos, pasaran, “Porque tengo por cierto que lo que en este tiempo se padece, no es de comparar con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada.”  Si una espada está atravesando tu alma, va a pasar, porque Apocalipsis dice que Ds enjugará toda lágrima. Así que tengas la edad que tengas, seas quien seas, si estás pasando por un dolor, mi recomendación es la oración.

Algunas veces los dolores vienen sin ninguna provocación, como el caso de Job, algo inexplicable.  ¡Qué dolor físico y espiritual! Qué ejemplo más profundo y ¿nosotros queremos huir de esas cosas?  Algunos quieren apartarse de la fe por un dolor físico y aun por un dolor espiritual en vez de acudir a la oración.  No hay otro remedio más sano que la oración en medio del dolor, sea por el dolor físico o espiritual y por aquellos golpes espirituales que has recibido o vas a recibir.  Pero en todo eso tú vas a mirar para atrás y te vas a dar cuenta que a lo mejor hay cosas que tú podrías hacer un poco distintas pero al final van a tener el mismo resultado, porque es el camino trazado.  Ds es el que gobierna todas las cosas, así que no te queda otro remedio que decirle al dolor físico y al dolor espiritual, “Bienvenido, eres mi compañero.”

C-to le dijo a Pablo, “Bástate mi gracia” y Pablo dice que ese dolor, que esa tribulación que tu pasas es importante, es necesaria para que tú la puedas transmitir a tu compañero, al discípulo, a tu hermano, a tu hermana. ¿Qué experiencias de dolor vas a transmitir si tú huyes de ese dolor? ¿Cómo los vas a ayudar? Pablo dice en Corintios que tú tienes que pasar por eso porque esa experiencia te va a servir para ayudarles a ellos.  Así que dejemos de cobijarnos de una manera psicológica dañina y aceptemos que el dolor es parte nuestra, es parte de la humanidad.  No podemos olvidar el dolor, aquel sufrimiento que aquella espina le causaba a Pablo, y que a pesar de la insistencia con que se lo pidió al Sr, no le quitó la espina, sino que le dijo, “Con mi gracia te basta, pues mi poder se muestra perfecto en la debilidad.”  Debemos mirar estas palabras como una lección del Sr, provechosa, no solo para el propio Pablo, sino también para cada uno de nosotros, ya que, es un gran consuelo saber que la gracia poderosa del Sr puede contrarrestar todas nuestras debilidades físicas, así como dolores y sufrimientos.  Pablo ha aprendido muy bien la lección que no va a olvidar.  2 Cor. 12:10 “Así pues,
 muy a gusto me gloriaré todavía en mis debilidades- las flaquezas físicas, aquellos dolores o sufrimientos, a fin de que resida en mí el poder de C-to.

El dolor aquí en la iglesia se pasa con C-to, sea física o espiritual. El dolor en el mundo se pasa sin esperanza, y yo quiero estar bajo la esperanza de que Ds me va a ayudar.  Así que no te cierres las puertas, no te separes de la iglesia, no te separes de la hermandad de tu compañero amigo, no te excluyas escondiéndote en un cuartito, ¡No!  Tú no eres víctima, mira bien y ponte a orar y verás que Ds te va a levantar, pero tienes que pasar por ese dolor.  Ds le dijo al profeta Isaías que C-to iba a ser “el varón de dolores, experimentado en quebranto y muchos iban a esconder de él su rostro.” No lo querían ni mirar, y a lo mejor, muchos no te van a querer mirar, como le decían a Job sus amigos “Confiesa, algo tu hiciste.” El que está padeciendo un dolor no es porque haya cometido un pecado, es parte ya de esta vida, fue engendrado en el ADN de este cuerpo “Con dolor parirás a tus hijos” es parte de esto, entonces ¿qué haces cabizbajo escondiéndote de aquellos que te pueden ayudar y cobijándote en los amigos falsos o en una botella o a otras cosas que no te benefician?  La oración, la oración es tu fortaleza, bien decía Job “Ahora mis ojos te ven…”  había pasado por un proceso, y yo tengo la seguridad que por ese proceso que hemos de caminar, si lo caminamos en fe y bajo la oración, las cosas seguras de la palabra de Ds se cumplirán: “Bástate mi gracia… No todo permanece… Mis ojos te verán… Tú limpiaras mis lágrimas, así que el dolor es parte de nosotros, y aquí se pasa con esperanza, en oración, con C-to, porque C-to es la medicina para quitar tu dolor.


Ds les bendiga.


Apóstol Caesar Rivera

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